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Los Vascos en el Noroeste de Estados Unidos y American West y Pampas de Argentina

by Alberto E. Azcona


LOS VASCOS EN EL NOROESTE DE ESTADOS UNIDOS Y AMERICAN WEST Y PAMPAS DE ARGENTINA

Diversos escritores norteamericanos, como Seymour Martin Lipset (1) y James R. Scobie (2), han señalado la semejanza entre las praderas estadounidenses y las pampas argentinas, en cuanto a la influencia que la colonización de esos inmensos territorios pudo tener en la conformacón de las estructuras sociales, económicas y políticas de los respectivos países.

Esa semejanza adquiere mayores relieves si se repara en que los procesos de colonización en ambos "desiertos" se llevaron a cabo en un  ámbito territorial dominado por los indios; de tal suerte que en ellos existìan "fronteras internas", que delimitaban el país real dentro del país político.

Es por eso que la realidad de la experiencia argentina en la conquista del desierto guarda muchos puntos de contacto con la descripta en su país por el escritor Frederick Jackson Turner en su obra, escrita a partir de 1893, sobre la frontera en la historia americana (3)

Y si para 188O, como dice Turner, deja de existir en los Estados Unidos una "frontera interna", lo mismo ocurre en la Argentina, donde en ese año culminó la campaña militar de tres siglos, cerrándose así paralelos movimientos históricos, que los norteamericanos llaman "la marcha hacia el Oeste" y los argentinos recuerdan en general como "La Conquista del Desierto".

Turner era entonces un joven profesor de la universidad de Wisconsin y su mensaje, según comenta Billington en 1962, es tan pertinente en estos días como entonces, porque ninún volumen ha echo más para rehacer la literatura de la historia americana o replantear la imagen popularmente admitida del pasado americano, como estos ensayos que provocan la medita- ción.

En su cap¡tulo "El significado de la frontera en la historia América", dice Turner -y obsérvese el paralelismo cronológico con la conquista del desierto agentino- que para el el año 1880 no existe en los Estados Unidos una línea de frontera interna, cerrándose así un gran movimiento histórico: la marcha hacia el Oeste. Agrega que la expansión hacia el Oeste con sus nuevas oportunidades y su continuo y renovado contacto con las simplicidades de la sociedad primitiva, suministra la fuerza dominante en la formación del carácter americano, porque la frontera es la línea de más rápida y efectiva americanización. Sucesivas oleadas de inmigrantese insertan en los cambiantes estratos de la frontera, todos en busca de mejores oportunidades en cuanto al acceso a la tierra y condiciones de vida. Los efectos de este avance hacia el Oeste, son los siguientes:

1) La frontera promueve la formación de una nacionalidad compuesta por el pueblo americano.-

2) Decrece la dependencia respecto de Europa.-

3) El crecimiento de un nacionalismo y la evolución de las instituciones políticas americanas dependió del avance de la frontera.-

4) A medida que los Estados de frontera se sumaron a la unión, el poder nacional creció.

5) Esta tendencia nacionalizadora del Oeste, transformó la democracia de Jefferson, en el republicanismo nacional de Monroe y la democracia de Andrew Jackson.

6) Nada trabaja mejor para el nacionalismo como la movilidad dentro de la nación.-

7) Empero, el efecto más importante de la frontera, ha sido el de promover la democracia en los Estados Unidos. Ello así, porque la frontera promueve el individualismo, debido a que la sociedad compleja es precipitada por el desierto en una especie de organización primitiva, basada en la familia y proclive a la libertad individual, poco amiga de los controles estatales.

El problema del Oeste -continúa- es nada menos que el del desarrollo americano, por que el oeste, más que una  realidad, es una forma de sociedad. Al contacto con el desierto, ha emergido una nueva sociedad, y al cerrarse el siglo de la conquista, con- serva dentro de sí perdurables supervivencias; los liderazgos se desarrollaron fácilmente, sobre la base de la posesión de cualidades de, servicio para la joven sociedad. Clay, Jackson, Harrison, Lincoln, son ilustraciones de esa tendencia (3).

La concepción de Turner formó escuela en los Estados Unidos y resulta evidente para quienes frecuentan la literatura "western" -siempre vigente en la inclinación de los autores y las preferencias del público-, que la intención de mitificar los valores y personajes de la vida de frontera, se ha concretado desde fines del siglo XIX hasta la actualidad, en una poderosa herramienta cultural que contribuye a perfilar y defender una identidad nacional.-

Existe un cierto paralelismo incluso cronológico entre la conquista del Oeste argentino y la del Oeste de los Estados Unidos, y asimismo, en ambos hemisferios juega su papel la influencia de los vascos. El historiador William A. Douglass, en un trabajo titulado "Los vascos del Oeste Americano: Perspectiva Histórica Preliminar" , sostiene que en los Estados Unidos los vascos se destacaron como pastores de ovejas, 1) Porque tenían una base de experiencia en el pastoreo ; 2) Por su aptitud para sobrellevar las privaciones psicológicas del aislamiento casi total; 3) Por su "indarra" o fortaleza física y moral.

Y el mismo Douglass certeramente señala en "The Basque Experience in North and South" (4) que esos pastores de ovejas, como lo muestran las biografías de muchos "Basque California sheepmen", traían además sus experiencias en el extremo sur de Sud América, donde habían pasado algún tiempo.

Es interesante observar aquí el paralelismo de esta lucha de frontera, tanto en el Norte como en el extremo Sur de las Américas. En 1876 alrededor de 5.000 indios sioux masacran a 225 soldados americanos y a su Jefe el Coronel Custer en el valle del Little Big Horn. Los jefes sioux fueron "Sitting Bull" y "Crazy Horse". En el mismo año, en las pampas de Argentina, ocurre un episodio con que pretendemos comenzar a ejemplificarlos escenarios en el Norte y en el Sur de las Américas.

UNDABARRENA y PINCEN

Dispuesto a malonear en la tierra del "huinca" (5), Pincén se corrió por la línea de frontera, buscando entrar por el sur de Santa Fe. Le salió al cruce el teniente coronel Saturnino Undabarrena, que estaba al mando en esa frontera.-

Era Undabarrena un militar veterano de la guerra en las pampas, conocido por su temple y bravura en toda la Frontera Oeste, donde tenía mentas de buen tirador, hasta que el destino lo puso frente al cacique más más temido, el terrible Pincén, fértil en ardides. Así como en el Norte "Sitting Bull" era el gran jefe Sioux, y "Crazy Horse" representaba el empuje y la acción de los jóvenes guerreros indios, del mismo modo en las pampas del Sud, bajo la conducción del gran cacique araucano Calfucurá, operaba con autonomía e implacable odio al "huinca", el cacique Pincén.

Dueño de una movilidad asombrosa, se filtró Pincen, infatigable "azote del Oeste", hacia el frontera de Santa Fe, donde fue interceptado por Undabarrena con un reducido contingente de su División.

Rehuyó el combate, al parecer, el indómito cacique, tomando el camino de sus tolderías con el bot¡n de haciendas maloqueadas. Pisándole los talones, lo persiguió Undabarrena tenazmente durante todo el día, hasta que ya con los caballos cansados, alcanzó al malón, el 16 de junio de 1877.-

A la retaguardia dispuso Pincén los mejores lanceros, que haciendo molinetes con sus lanzas, formados en media luna sobre lo alto de los médanos, desafiaban a las fuerzas del cristiano, dando tiempo a los arreadores para tomar distancia con su botín. Sabían los indios que los "huincas" tenían los caballos cansados, y ellos, como siempre, estaban mejor montados, a cuatro caballos por lanza; podían a la carrera cambiarse, sin desmontar, de un caballo de marcha a uno fresco y de pelea, que llevaban de tiro.-

Undabarrena ordenó la carga, que se llevó a fondo, y los indios se dispersaron en actitud de huida, dejando sin protección los arreos, que pronto fueron alcanzados. Ordenó a sus soldados el jefe de frontera, reunir las haciendas robadas por el malón, para restituirlas a sus dueños y, para ello, tuvo que dividir su tropa. Era lo que esperaba Pincén.-

Oculto detrás de una loma, observó el jefe indio que un grupo de sus perseguidores, se había separado de los demás, ocupándose de reunir algunos vacunos disparados a mayor distancia; y en ese grupo de unos diez hombres, estaba Undabarrena. Con la velocidad del rayo, cayó sobre ellos al frente de un centenar de lanceros en la clásica "partida pampa"; es decir con la ventaja de la sorpresa y la gran superioridad numérica.-

A pleno campo y cercados por los indios, no quedó a los aguerridos soldados de la frontera, otro recurso que desmontar, manear los caballos y resistirse de a pié. Habilísimo tirador de mucha fama, Undabarrena bajó a seis indios con las seis balas de su revólver, hasta que cayó y sus compañeros lucharon hasta el fin.-

La tropa que despué llegó a la escena, encontró mutilados y desnudos a Undabarrena y sus hombres y, entre ellos, los cadáveres de 11 indios. En el pecho de Undabarrena se le encontraron diez lanzazos mortales; y en sus manos, el cuchillo que usaba para comer en campaña, con el que se había defendido hasta los útimos extremos (7).

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(1) "The Turner Thesis in Comparative Perspective: An Introduction", paginas 9 y s., de la compilaci¢n sobre "Turner and the sociology of the Frontier" editada por Richard Hofstadter (Bibl. Licoln, N 978 _ HOF).

  (2) Ver "Argentina. A City and a Nation", por James R. Scobie, New York, Oxford Uneversity Press, 1964.

  (3) " The Frontier in American History", por Frederick Jackson Turner. EE. UU.. 1920 y 1947 (Bibl. Lincoln, N 978- TUR).

  (4) Boletín del Instituto Americano de Estudios Vascos, N° 100, Buenos Aires 1975, pags. 167\176, ed. Vasca Ekin.

(5) Los indios llamaban a los "cristianos" o "huincas": hombres despeciables, capaces de robarles sus mujeres y bienes.

(6) "Biografías Argentinas y Sudamericanas", Jacinto R. Yaben, ed. Metropolis, Buenos Aires 1992, II, pags. 903/907.

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